
El turismo en Cusco es reconocido mundialmente por sus enriquecedoras experiencias que combinan de manera única la riqueza cultural y la belleza natural de la región, y hoy en día, el turismo vivencial se presenta como una excelente oportunidad para sumergirse en la cultura viva de la región. Este tipo de turismo permite a los visitantes experimentar de primera mano las tradiciones ancestrales que han sido transmitidas de generación en generación, especialmente en comunidades que aún preservan estas costumbres como parte fundamental de su identidad.
El turismo vivencial surge por iniciativa de las propias comunidades cercanas a la ciudad de Cusco, como una alternativa al turismo tradicional. Su principal objetivo es destacar el aspecto humano, ya que son las personas de estas comunidades las que mantienen viva la cultura, adaptándola y evolucionándola constantemente.
A diferencia del turismo convencional, el turismo vivencial ofrece una experiencia más personalizada, ya que permite a los viajeros participar en las actividades cotidianas de las comunidades. Además, complementa las prácticas tradicionales de las comunidades, a la vez que proporciona un importante aporte económico a las familias locales, mejorando su calidad de vida.
A continuación, exploraremos algunas de las comunidades que ofrecen esta enriquecedora experiencia de turismo vivencial.
Si hay un destino que destaca por ofrecer una de las mejores experiencias de turismo comunitario, ese es Raqchi. Gracias a la hospitalidad de sus amables habitantes, este lugar se ha convertido en una parada obligada para quienes visitan Cusco.
Raqchi es una antigua comunidad ubicada a orillas del río Vilcanota, cerca de Sicuani, a unos 110 km de la ciudad de Cusco. Este pueblo ancestral posee una rica herencia cultural, visible no solo en su importante sitio arqueológico, sino también en su impresionante paisaje natural, dominado por el Volcán Quimsachata. Además, las tradiciones locales como la alfarería, transmitida de generación en generación, siguen vivas, junto con las actividades de agricultura y ganadería que también forman parte fundamental de su identidad.
Los habitantes de Raqchi son quienes brindan una experiencia única y auténtica, conservando sus tradiciones, como sus vestimentas típicas. Ofrecen alojamiento en sus hogares, donde podrás conocer su cultura a través de su gastronomía, disfrutar de la música local y sumergirte en un ambiente lleno de alegría y calidez, haciendo de tu visita una vivencia realmente especial.
A partir de Raqchi como punto de inicio, las comunidades de Patabamba, Chillca y Kharhui, situadas entre Cusco y Puno, decidieron asociarse para ofrecer experiencias de Turismo Rural Comunitario, enfocándose en compartir su cultura mediante diversas actividades.
Gracias al respaldo del programa Corredor Sur (FIDA y FONCODES), estas comunidades colaboran estrechamente con Raqchi para ampliar la oferta de vivencias culturales, enriqueciendo así las opciones para los visitantes que buscan una inmersión auténtica en las tradiciones locales.
Chinchero es uno de los destinos imprescindibles en cualquier recorrido por Cusco. Ubicado a solo 28 km de la ciudad y perteneciente a la provincia de Urubamba, este pintoresco lugar ofrece una mezcla única de cultura, naturaleza y tradiciones vivas.
Además de su reconocido sitio arqueológico, Chinchero destaca por su belleza natural, con atracciones como la impresionante Catarata Poc Poc. Por otro lado, las comunidades locales han logrado integrar sus actividades cotidianas con el turismo de manera excepcional, brindando experiencias auténticas a los visitantes. Un ejemplo de turismo vivencial es el que ofrece la Comunidad de Cuper Bajo, donde la asociación Qorisimpas se destaca por brindar muy buenas experiencias a los visitantes.
Esta asociación a través de sus miembros obsequia prendas tradicionales a los visitantes, permitiéndoles participar en diversas actividades que reflejan su vida cotidiana, como, por ejemplo: formar parte del trabajo agrícola en las orillas de la Laguna Piuray, donde se cultivan productos autóctonos de manera artesanal, destacándose las papas andinas. Además, podrás conocer el proceso tradicional de elaboración de prendas típicas de Chinchero, desde el lavado de la lana hasta la confección de una manta. Por último, no puedes dejar de visitar el mercado artesanal de Chinchero, un lugar donde podrás encontrar una variada gama de productos hechos a mano, que reflejan la riqueza cultural y la destreza de los artesanos locales.
Al igual que la Comunidad de Cuper Bajo, todas las comunidades de Chinchero brindan experiencias únicas que te permitirán conectarte profundamente con sus tradiciones. No puedes perderte la oportunidad de ser parte de ellas.
Chahuaytire es una comunidad ubicada a solo 40 minutos del distrito de Pisac, en la provincia de Calca. Chahuaytire junto a comunidades vecinas como Pampallacta, Paru Paru y Amaru, se encargan de administrar el Parque de la Papa, un lugar único que destaca por su gran biodiversidad.
Reconocido como una Zona de Agrobiodiversidad, el Parque de la Papa preserva una increíble variedad de papas nativas, representando un importante esfuerzo de los pueblos indígenas para recuperar y proteger sus tradiciones. Este proyecto ha permitido que la papa se convierta en un símbolo cultural, impulsando aún más el renombre internacional de la gastronomía peruana, al ser un ingrediente clave en innumerables platos regionales.
Además, Chahuaytire ofrece una experiencia enriquecedora en el ámbito de la textilería, donde los pobladores mantienen vivas las técnicas tradicionales de tejido. Utilizando fibras de alpaca y oveja, producen textiles de excepcional calidad que son considerados un verdadero tesoro cultural, reflejo de su sabiduría ancestral.
Las comunidades de Willoc y Patacancha, ubicadas en Ollantaytambo, provincia de Urubamba, ofrecen una propuesta única para quienes buscan reconectar con la naturaleza y las tradiciones vivas de los Andes. Con la calidez de su gente, ambas comunidades se han consolidado como puntos privilegiados dentro de la ruta de turismo vivencial.
En estas comunidades, podrás participar en actividades que reflejan la identidad cultural de la región, tales como la textilería artesanal, donde se conservan técnicas ancestrales, así como convivir con las familias locales para conocer de cerca su estilo de vida. Las otras actividades resaltantes es el recorrido de antiguos caminos incas, participación en ceremonias místicas que conectan con las creencias ancestrales, y podrás disfrutar de la deliciosa gastronomía local.
Todo esto, enmarcado dentro de los imponentes paisajes del Valle Sagrado, te permitirá sumergirte en una experiencia que parece transportarte a más de 5 siglos atrás. Al final, lo más valioso será el profundo respeto por la cultura local, tanto de los habitantes como de los visitantes, lo cual transforma cada momento en una lección de convivencia y aprendizaje mutuo.
El Turismo Vivencial ha emergido como una tendencia creciente en los últimos años, centrándose en ofrecer a los viajeros experiencias auténticas y profundas que los conectan con la gente y la cultura de un lugar específico. Esta modalidad de turismo no solo busca sumergir al visitante en el entorno local, sino también fomentar un intercambio enriquecedor entre las comunidades y los turistas, siempre garantizando un servicio de alta calidad. De esta manera, el turismo vivencial se presenta como una vía para descubrir nuevos horizontes, al tiempo que se preservan las tradiciones y se promueve un desarrollo sostenible y respetuoso con las culturas locales.